Antes de empezar con el artículo quiero definir muy brevemente el concepto de sombra cuando nos referimos a una parte de nosotros mismos. Se entiende la sombra como aquello que forma parte de nuestra alma que nos condiciona constantemente a nivel subconsciente creando incoherencia entre lo que somos y nuestros pensamientos, emociones, palabras y actos en este plano. Las creencias, programaciones limitantes y memorias dolorosas que albergamos en nuestro subconsciente que coartan y niegan nuestra esencia conforman nuestra sombra.
Quiero plantear una cuestión para mi sumamente importante y trascendente. Se habla en diversos ámbitos de la necesidad de la integración de nuestra sombra como el camino hacia la recuperación de nuestro poder, autoestima, capacidad de discernimiento, estado de equilibrio, bienestar y conexión con nuestra esencia. O lo que es lo mismo se nos dice que la integración de nuestra sombra es el camino hacia nuestra luz. Pero, ¿cómo puede ser esa oscuridad el camino a nuestra luz?. Desde esta creencia estamos inmersos en la dualidad en donde la luz no puede existir sin la sombra y viceversa. Y, por lo tanto, se sustenta la sombra como una necesidad para la existencia de la luz. ¿Resulta "raro" verdad?.
He reflexionado mucho al respecto y creo que es una gran trampa a través de la que se nos mantiene atrapados en la dualidad. Y por lo tanto, no podemos soltar el lastre de eso que definimos como nuestra sombra porque se nos hace creer que la necesitamos para ver y manifestar nuestra luz; cuando lo único que hace es impedirlo y atraparnos en ella.
Para realmente lograr la conexión con nuestra esencia, con nuestro ser verdadero que es puro AMOR, y sanar nuestra alma es necesario abordar la sombra desde una perspectiva más elevada, por encima de la dualidad. Y, ¿cómo se hace?, pues reconociendo de verdad nuestra esencia o espíritu, dejando de negar que realmente somos LUZ, pero no esa falsa luz dual que depende de la oscuridad para existir, sino la LUZ-AMOR que lo define y conforma todo. Desde ahí sí que se ve con claridad que la oscuridad es una simple ilusión, no es real. Son nuestras creencias al respecto que la hacen real y le dan el poder.
Desde esta perspectiva el trabajar con nuestra sombra se hace innecesario y además no es nada recomendable. El trabajar con nuestra LUZ-AMOR reconociéndola y conectando cada día más conscientemente con nuestra esencia nos pone en el camino hacia nosotros mismos allanándolo y suavizándolo . Y esto es simple de hacer y es muy agradable, aunque veas eso que no te gusta de tu alma y que necesita sanación. Pero lo percibes desde otra perspectiva y lo sanas y sueltas con facilidad.
Solamente considerando que la luz es externa a nosotros se concibe la sombra. Si conectamos con nuestra luz interior, eso que realmente somos, la sombra desaparece porque no forma parte de nuestra esencia o espíritu.
¿Qué opinas?, tómate tu tiempo para responderte. Y si quieres compartir tu sentir conmigo estoy encantada de recibirlo.
De hecho en este artículo no estoy descubriendo nada nuevo. Mientras lo escribía me ha venido a la memoria el proceder de una tribu africana frente a las malas acciones de sus integrantes. Y he reflexionando he comprendido que es lo mismo que expongo en este artículo. Así que me sirve para plasmar un ejemplo práctico de esto que os acabo de compartir:
Texto extraído de la página http://www.rutasiete.ulpgc.es/tu-cancion-costumbre-de-los-himba:
En las regiones del norte de Namibia y en las orillas del río Kunene vive una tribu nómada conocida como el pueblo Himba. De todas las tribus de África, hoy en día, los Himba son uno de las pocos que cuentan la fecha de nacimiento del niño, no desde el momento del día en que nacieron, ni concebidos, pero el día de la madre decidió tener el niño.
Cuando una mujer Himba decide tener un hijo, ella se va y se sienta debajo de un árbol, por sí misma, y escucha hasta que puede oír el canto que quiera venir. Y después de que ha escuchado la canción de este niño, ella vuelve al hombre que será el padre del niño, y le enseña la canción. Y luego, durante la época en la que el niño es concebido, cantan la canción del niño, como una manera de invitar al niño.
Cuando ella se queda embarazada, la madre enseña la canción de ese niño a las comadronas y las ancianas de la aldea, de modo que cuando nace, las ancianas y las personas a su alrededor cantan la canción del niño para darle la bienvenida.
Cuando el niño crece, se les enseña la canción del niño a los otros aldeanos. Si el niño se cae o se hace daño, alguien lo recoge y le canta su canción. O tal vez el niño hace algo maravilloso, o pasa a través de los ritos de la pubertad, a continuación, como una manera de honrar a esta persona, la gente del pueblo canta su canción.
Si el niño comete una falta o algo que está en contra de las normas sociales Himba, los lugareños le llaman al centro de la aldea y la comunidad forman un círculo alrededor de él. A continuación, le cantan su canción.
El punto de vista de los Himba para la corrección del comportamiento antisocial, no es un castigo, sino, a traves de la canción recordarle la identidad. Cuando el niño es capaz de cantar su propia canción, no tiene ningún deseo ni necesidad de hacer nada que pueda herir a otra persona. A medida que el niño crece a través de su vida, su canción es la parte principal de su vida.
En el matrimonio, las canciones se cantan, juntos. Y, por último, cuando el niño, que ya es anciano, está acostado en su cama, a punto de morir, todos los habitantes del pueblo que conocen su canción vienen y cantan por última vez la canción de esa persona.
Si quieres profundizar más en este tema te invito a mi seminario "Recuerda quién eres", en el te acompaño y te doy herramientas para conectarte conscientemente con tu esencia: www.unitatdelser.com/RecuerdaQuienEres. Te espero.
© Por Émer Roures Marquez
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